sábado, 3 de marzo de 2012

Sin título.

Por más que le doy vueltas no sé cómo titular ésta entrada.

Hoy, gracias a mi amigo el Negro Blanco y a esta maravilla que son internet y las videoconferencias, he tenido el honor de poder conocer a la coplera salteña Eva Zulca.

Me daba las gracias la señora Zulca por haberla publicado hace unos meses en este humilde rincón y para ello me cantaba una copla. Y mientras la escuchaba cantar acompañada de su caja sentí como un escalofrío me recorría la espalda y un nudo se me formaba en la garganta y pensé, ¿me da las gracias? YO soy quien tiene que darla las gracias por haberme hecho uno de los regalos más maravillosos de mi vida.

Al acabar la copla, comentábamos ambas que qué lindo es esto de la tecnología que nos había permitido conocernos borrando la distancia que hay entre Oncativo (Córdoba – Argentina) y Palma de Mallorca.

Los minutos que he pasado esta tarde son de un valor incalculable. El ratito de conversación con el Negro, Marcelo y Eva Zulca ha sido intenso y se queda en mi corazón para siempre.

Comparto con vosotros los sonidos de la tierra de la voz y el alma de esta hija de la Pachamama.

Gracias Negro, vos entendés lo importante que ha sido para mí.

4 comentarios:

Cantares dijo...

Es una maravilla.
El canto ancestral de nuestro pueblo, estupendo!
Besos

Jose Antonio dijo...

Que grandes momentos, como bien afirmas emocionantes.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Gracias por compartir este extraordinario regalo, Anjanuca.

Un abrazo.

Almudena dijo...

El canto de la tierra, Cantares.

Si no fuera por ellos no tendríamos nada ¿verdad Senovilla?

Anderea, ya sabes que me gusta compartir lo poco que tengo es la única manera de que tenga valor.

Besucos