jueves, 31 de diciembre de 2009

Consejos para el nuevo año.

"Olvidar lo innecesario,
recordar lo necesario,
sufrir lo menos posible,
¡ Amar lo más posible!
(Gloria Fuertes)


Deseo que el 2010 llene vuestras vidas de felicidad.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Feliz Navidad.

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¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!

(Charles Dickens)



Deseo que paséis todos unas entrañables fiestas en compañía de las personas que os quieren y que el nuevo año os conceda todos vuestros mejores deseos. Que los Reyes Magos llenen vuestros zapatos de felicidad.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Gusanitos.


Salió a dar un paseo para pensar. Todos tenían razón: cada vez tenía peor carácter. Su familia había agotado la poca paciencia que le quedaba. A la menor tontería saltaba como si la hubiesen pinchado. Si hablaban mal, si callaban peor. Todo lo tomaba como algo personal, todo la irritaba y acababa llorando sola en cualquier parte. Por culpa de su mal humor su marido ponía cualquier escusa, normalmente se refugiaba en la oficina, para evitar llegar temprano a la casa. Su hija se encerraba en su habitación con esa música horrenda y sólo salía para comer. Hasta el perro la evitaba. Y eso que era ella la única que se encargaba de dar de comer y sacar a pasear a ese desagradecido. La armonía de su hogar se estaba rompiendo, su familia actuaba como esas visitas que no se atreven a hablar con naturalidad para no ofender o que no piden un vaso de agua por no molestar. Tenía que poner fin a esta situación. Definitivamente no valía la pena.

Dobló la esquina de la calle y al hacerlo una ráfaga de aire frío le hizo encoger los hombros. Se detuvo ante la puerta del viejo ultramarinos del barrio. Antes de entrar abrió el bolso y se aseguró de que llevaba dinero en la cartera. Saludó a Carmen, la dependienta, y le pidió un paquete de gusanitos.

En la calle, miró la bolsa y pensó: “A la mierda la dieta y el endocrino. No puedo seguir así.” Abrió el paquete y comenzó a comer. Una sonrisa se dibujó en su cara.

jueves, 10 de diciembre de 2009

1.


El canto al amor
de tu niñez, trovador,
rompe el corazón.



Nota: ¡Quién dijo miedo! Con vuestro permiso me voy a atrever con los Haikus.

sábado, 5 de diciembre de 2009

"Disfrutadora".


Soy amante de las pequeñas cosas cotidianas. Las amo porque tienen una habilidad descarada para entrar en mí y estallar con fuerza construyendo momentos intensos.

Tengo un amigo que me suele decir “vos sos una disfrutadora” y, cuando lo dice, lo hace con una sonrisa preciosa que me derrite. Yo me río porque, en el fondo, sé que tiene razón. Además no podría decir lo contrario porque cuando disfruto lo hago sin complejos, se nota en cada gesto de mi cuerpo. Creo que es porque a veces los sentimientos son tan intensos y tan grandes que, no me caben en el corazón y le hacen reventar liberándolos así, sin más. Y siempre que me pasa esto, miro atenta cada pequeño detalle del momento y vuelvo a dar gracias a la vida por el regalo.

Hoy agradezco el reencuentro con un amigo muy querido y una mañana hermosa. Sentada en un banco de la calle, mi cuerpo abrazado por el calor de la lana de mi poncho, la caricia fría de la brisa en la cara y, entre mis manos, unos relatos de Juan Rulfo deliciosos. A escasos metros, muy cerquita, dos amigos cantan. Tengo que cerrar el libro, imposible concentrarme. Esa voz y esa guitarra tienen el don de ir envolviéndome poquito a poco hasta acaparar toda mi atención. Una vez lo consiguen, sólo tengo ojos y oídos para ellos. Siento cada tono, cada nota, los gestos de las caras al recitar, los movimientos de las manos acariciando la guitarra o tocando un tambor invisible. Veo los rostros de quienes que se paran a escuchar y noto dentro el cosquilleo que deja la huella del orgullo, veo la atención de los niños y me emociono. Mientras disfruto de todas estas cosas, tengo que intentar controlarme porque me conozco y sé que soy de emotiva lágrima fácil (teníais que verme viendo una película de Marisol). Intentando que mis ojos no me jueguen una mala pasada me doy cuenta de que la felicidad, cuando se tiene así, mucha y tan profunda, te ensancha tanto el corazón que duele.


Cuadro: "La música" de Fco. Javier Villalobos Santos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Lotería de Navidad.

Estaba yo anoche a punto de irme pronto a la cama (los Reyes están en camino y hay que portarse bien), cuando recibo un mensaje de mi amiga Balovega en el que me pedía que pasase por su casa para recoger una participación de un décimo de lotería. Salí corriendo hacia su casa para darla dos besazos y las gracias y cuando llegué, Balovega me explicó la siguiente historia:

Parece ser que pasea por estos mundos virtuales una persona, que se hace llamar Z-13 Lotería, que regala un décimo de lotería para compartir entre blogs. Y díjeme yo: “¡Con un par!” porque decidme que no hay que ser generoso para hacer algo así.






Lo que Z-13 Lotería pide para poder participar de este décimo es muy sencillo:

- Seguir las instrucciones que
Alas de Plomo indica en su post “Regalamos lotería de Navidad 2009”. Pueden hacerlo todos los blogs que lo deseen, basta con correr la voz haciendo un enlace al artículo de Carlos.
- Si la persona llamada Z-13 Lotería ha sido generosa, que menos que nosotros nos comportemos de la misma manera, por lo tanto, regalemos suerte e invitemos a participar y compartamos nuestra participación con otros 5 blogs sin olvidarnos de enlazarlos como toca.

Una vez realizadas estas dos sencillas peticiones hay que dejar un comentario, con el enlace a nuestro post, en los comentarios de
“Regalamos lotería de Navidad 2009”. Allí nos confirmarán el número de participante, en la parte proporcional que nos corresponda a cada uno.

Toda la información sobre esta generosa historia la podéis obtener en el
blog de Carlos.

Como dice una buena amiga de Burela:

“Os cartos non fai a felicidade pero calman os nervos”

Así que, comparto mi participación con:

Logio
Amio Cajander

Fermín
Tejón
Anderea

Suerte a todos amigos. Y como "Es de bien nacidos ser agradecidos" pues muchas gracias a Balovega y, por supuesto, a la generosidad de Z-13 Lotería.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Clavel del aire.


Hay personas que pinchan un mondadientes en una maceta y consiguen que brote. En mi pueblo se dice que esas personas tienen “mano verde”. No es mi caso. Más bien, se podría decir que yo tengo “garras”. Para que veáis que no exagero os pondré como ejemplo que, yo solita y sin ayuda de nadie, he conseguido secar dos cactus. Aun así, me gustan las plantas y sigo intentándolo.

Hoy un amigo me ha regalado una planta que siempre me ha gustado e intrigado: un Clavel del aire. Hasta el nombre es bonito. Mirad si es bonita esta planta que, buscando por los interneses qué cuidados necesita, he encontrado que no sólo tiene leyenda propia sino que también hay un tango que lleva por título su nombre.

¡Ea! Aquí tenéis, la leyenda. La he encontrado aquí.

Se cuenta una hermosa y triste leyenda sobre el clavel del aire, planta que vive pendiendo de los troncos o ramas de añosos algarrobos o de los pelados peñascos. Refiere la misma que durante una minga, un joven oficial español se enamoró de una indiecita conocida por Shullca, la que en ningún momento correspondió al apasionado amor de aquél. Juró entonces vengarse de la que así despreciaba su cariño, y una tarde en la que la halló sola en la sierra comenzó a perseguirla. La niña, en su desesperación, trepó a la rama más alta de un coposo algarrobo que el viento balanceaba amenazando derribarla. Pidiole el joven con buenas palabras que bajara, prometiéndole respetarla si así lo hacía. Como la niña se negara a ello, le amenazó con su puñal. Lo que no pudo la súplica, menos logró la amenaza. Y entre despechado y furioso arrojó el arma que fue a clavarse en el pecho de la infeliz. Como un pájaro cayó el cuerpo de Shullca en el vacío y tras él, el del oficial hispano. Una gota de sangre alcanzó, empero, a humedecer el tronco del árbol. Y allí nació el clavel del aire, que antes de una flor es, al decir de Joaquín V. González, un rayo de luz modelado en la forma de los lirios místicos, con tres pétalos de suavísimo y casi volátil tejido con la blancura y el aroma de la virginidad seráfica, porque es el alma de la tierra, y encarnada en tan delicioso cuerpo, vive encima de ella, impregnándola de su aliento que es gracia y amor.

Y aquí el tango que, para colmo, está cantado por Carlos Gardel. Más no se puede pedir.




Foto: Clavel del aire en el Jardín Botánico de Sóller.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Para el camino.

El vehículo más usado en el país es la tartana, especie de coucou-ómnibus, tirado por un caballo o por un mulo y sin ninguna clase de muelles; o el birchulo, especie de coche de cuatro asientos, asentado como una tartana y dotado como ésta de sólidas ruedas, macizos herrajes y adornado en el interior por medio pie de borra de lana. Semejante forro da que pensar al instalarse uno por primera vez en un vehículo de apariencias tan suaves. El cochero se sienta sobre una tablilla que le sirve de pescante, los pies apoyados sobre las varas y la grupa del caballo entre las piernas, de tal modo que tiene la ventaja de sentir no tan sólo todas las sacudidas de su carricoche, sino también todas las sacudidas de la bestia, yendo así, a la vez, en coche y a caballo. No parece descontento de ir en esa posición, pues canta siempre por más horrorosas que sean las sacudidas que sufre y no se interrumpe más que para proferir, con su aire flemático, terribles juramentos cuando su caballo duda en arrojarse a algún precipicio o trepar por alguna muralla rocosa.

Y así es como se viaja: En vano se interponen barrancos, torrentes, setos vivos, zanjas; no se para por tan poca cosa. Por lo demás todo se llama allí el camino.

Al partir se toma esta carretera de obstáculos por una apuesta de mal gusto, y preguntáis a vuestro guía qué mosca le ha picado.

- Este es el camino—os responde.
- Pero ¿y este río?
- Es el camino.
- ¿Y esa profunda hondonada?
- El camino.
- Y ese matorral, ¿también?
- Siempre es el camino.
- ¡Sea en buena hora!

Entonces no tenéis nada mejor que hacer que tomar vuestra decisión: bendecir el acolchado que tapiza la caja del coche, y sin el cual tendríais infaliblemente los huesos rotos; confiar vuestra alma a Dios y contemplar el paisaje, esperando la muerte o un milagro.


"Un invierno en Mallorca" por George Sand.



Tartana en el patio de Can Vivot.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Lo que yo sé - Ida Talavera de Fracchia.


Lo aprendí del error y del desprecio,
lo aprendí de las mujeres grávidas
abandonadas por los hombres necios,
que una vez satisfechos sus instintos
primitivos , no emulan a las fieras,
que en medio de las selvas.
cuidan a sus cachorros y sus hembras.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Santa Cecilia.

Para todas aquellas personas que llevan la música en el alma, para las que componen, las que cantan, las que dan vida a un instrumento y para todas aquellas personas que, como yo, no conciben la vida sin ella. Por su puesto, para todas las Cecilias.


sábado, 21 de noviembre de 2009

Aburrirme ¿YO?.

No sé qué día de esta semana (no, no tengo Alzheimer es que la agenda de esta semana ha estado apretada), cenando en casa de unos amigos, alguien me tomaba el pelo porque cada vez que me llama me encuentra fuera de casa: “Eres un culo inquieto, desde luego tú no te aburres”. Mira que “provocarme” a mí de esa manera…. Buena le cayó.

- Pues no, yo no me aburro. Otra cosa es que haya muchas cosas, y alguna que otra persona, que me aburren soberanamente pero aburrirme ¿yo?…. Eso, señores, nunca.

Es imposible que me aburra porque se me ocurren mil cosas para ocupar mi tiempo: un curso, la piscina, mis clases de tango, una exposición, una conferencia, un paseo por la ciudad, una excursión al campo (Ahhh el campo en otoño, divino), hacer esas fotografías, los amigos… Y, por supuesto, un libro.

¡Pero vamos a ver! ¿Cómo puede alguien aburrirse habiendo libros? A mí que me lo expliquen porque, por más vueltas que le doy, no lo puedo entender. ¡Aburrirse! Pero ¿eso qué es? Y no me digan que lo busque en el diccionario, seguro que ninguno de los míos no tienen esa palabrota ;)

Y salió la réplica (lo reconozco, culpa mía que lo puse a huevo):

- Ya bonita, ¿y a los que no nos gusta leer?

- Pues a los que no os gusta leer, primero os diría que no sabéis lo que os perdéis pero, puesto que ya tenemos todos una edad mala para soportar cambios dramáticos en nuestras vidas…, seguro que hay alguna otra cosa que os gusta hacer yo qué se: maceteros de macramé, puzzles,
jugar con las moscas... ¡Ea! A buscarse una afición pero aburrirse… eso es perder el tiempo.

Y así siguió la conversación un rato más hasta que fue tomando otros rumbos, unos más trascendentales que otros, entre risas, cafés y algún que otro gin-tonic.

Hoy, este amigo que me tomaba el pelo me ha enviado un correo electrónico con este archivo adjunto:





Y me he reído a gusto no sólo por la viñeta, Forges siempre me ha parecido brillante, sino porque el “asunto” del correo decía: “Tú ganas: para ti la perra gorda.”

Nota, por si acaso:
Una “perra gorda” no es una caniche con problemas de obesidad mórbida. Popularmente se conocía así a la moneda de 10 céntimos de peseta. Y si queréis saber por qué podéis informaros aquí.

jueves, 19 de noviembre de 2009

20 años de la Convención de los Derechos del Niño.


El primer texto de la “Declaración de los Derechos del niño” estaba formado por 10 principios y fue aprobado por Naciones Unidas en 1059. Legalmente, esta primera declaración, no tenía carácter obligatorio por lo que los derechos de la infancia no quedaban suficientemente protegidos.

Fue Polonia quien, en 1078, presentó un nuevo texto en Naciones Unidas y, tras años de negociaciones con líderes políticos, religiosos, ONG y otras instituciones, en 1989 se aprobó el
texto definitivo de la “Convención sobre los derechos del niño” con cumplimiento obligatorio para todos los países que la ratifiquen.

Hoy en día, la Convención ha sido aceptada por todos los países del mundo excepto por dos: Somalia y Estados Unidos (curiosamente la sede de las Naciones Unidos, cuyo terreno y edificio están considerados territorio internacional, está en Nueva York).”

De los países que han firmado dicha convención me pregunto cuántos la cumplen. A mi modo de ver, ninguno.

Personalmente los dos artículos de la Convención que considero más importantes, junto con el que se refiere a la educación, son:


ARTICULO 19. Protección contra los malos tratos.

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o exploración, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.

2. Estas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.

ARTICULO 34. Explotación sexual.

Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin, los Estados Partes tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir:

a) La incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal.
b) La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales.
c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos.



Creo que ya va siendo hora de que todos los gobiernos abandonen la hipocresía que les caracteriza y comiencen a respetar y a hacer respetar estos derechos infantiles.

Fuente: UNICEF

martes, 17 de noviembre de 2009

Diccionario.

Diccionario. (del b. lat. Dictionarium) Libro en el que se recogen y explican de forma ordenada voces de una o más lenguas, de una ciencia o materia determinada. II 2. Catálogo numeroso de noticias importantes de un mismo género, ordenado alfabéticamente. DICCIONARIO bibliográfico, biográfico, geográfico.”

Esta es la definición que encuentro en el DRAE. Y ahora a ver qué dice mi “tantos años deseado” María Moliner.

Diccionario (del b. lat. Dictionarium) Libro en el que se da una serie más o menos completa de las palabras de un idioma o de una materia determinada, definidas o co su equivalencia en otro idioma, generalmente por orden alfabético: Diccionario etimológico. Diccionario plurilingüe. Diccionario de sinónimos. Diccionario técnico.”

María Moliner es un poco más extensa a la hora de definir la palabra “diccionario” pero me quedo con esto que es suficiente para el motivo de esta entrada de hoy.

En alguna ocasión he leído entrevistas en las que el periodista preguntaba al entrevistado cuál era su libro de cabecera. Las respuestas, algunas bastantes curiosas, para todos los gustos. Si alguna vez me hiciesen esa pregunta, yo respondería que el diccionario. Esa maravilla de libro, que tiene entre sus tapas miles de palabras esperando a ser conocidas y utilizadas, me resulta imprescindible.

Además de los dos diccionarios arriba mencionados, también tengo uno de sinónimos y antónimos, latín, filosofía, historia, arte, inglés y francés. Algunos están más gastados que otros por el uso, pero todos me resultan imprescindibles para aprender nuevas palabras o conceptos que surgen en mis lecturas y que me ayudan a comprender lo que estoy leyendo y, por supuesto, a enriquecer mis conocimientos y mi vocabulario. Me encanta ese trajín de páginas adelante – páginas atrás que forma el ritual de buscar una palabra en el diccionario. Es como un ritual, aunque ya sé que tan sólo es un acto inevitable.

Escribo todo este rollo porque hoy he recibido un correo electrónico anónimo (no firma nadie y de la dirección del correo no se saca más que una carcajada) que me explica amablemente que una de las normas de los bloggers es explicar las palabras no muy comunes y que es posible los lectores no entiendan. También me dice el anónimo que si no quiero extenderme con una explicación siempre puedo enlazar la palabra a un lugar donde se de la definición. Y esta noticia me la da el anónimo porque en el poema de Borges que puse ayer no entendía la palabra “sesgo”.

No sé si esta norma es cierta o no, pero lo que sí sé es que a mi no me da la gana cumplirla. Creo que nos estamos acostumbrando a que nos den las cosas tan “mascaditas” que ya no nos molestamos por nada (y lo que es peor, a veces por nadie). Y así pasa lo que pasa muchas veces.

Es opción de cada uno querer aprender, así que si alguien no entiende una palabra que lea en esta casa pues ya sabe lo que tiene que hacer: molestarse en buscarla en el diccionario, o no, eso ya lo dejo a decisión personal de cada uno. Pero no me pidan que les haga el trabajo, va en contra de mi religión.


lunes, 16 de noviembre de 2009

Ajedrez - Jorge Luis Borges.


I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste , la pieza
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?



Cuadro: "Satán enfrentándose a un hombre jugando por su alma"
Artista: Moritz Retzsch

jueves, 12 de noviembre de 2009

La mano de Valle-Inclán.


Ramón María del Valle-Inclán perdió su mano en una pelea, en la madrileña Puerta del Sol, con el escritor Manuel Bueno. Parece ser que uno de los bastonazos que recibió Valle-Inclán hizo que el gemelo izquierdo se le clavase en la muñeca. El escritor no se preocupó de curarse la herida y esta se infectó de tal manera que hubo que amputarle la mano.

Adaptado a su invalidez, se dice que en una tertulia con otros escritores, Valle-Inclán quiso establecer una similitud entre su manquedad y la de Cervantes. “Vamos, Ramón, que eso no fue Lepanto”, parece ser que le contestó Jacinto Benavente.

También corre el rumor de que cuando alguien le preguntaba a Don Ramón qué le había pasado en la mano éste contestaba: “Se me ha perdido en la barba”.

¿Otro ejemplo del humor del gallego u otra de las leyendas urbanas que rodean su biografía?

martes, 10 de noviembre de 2009

Artistas callejeros.

Acabo de escuchar en las noticias que hay ciudades en España que quieren retirar de la calle a los artistas callejeros. ¡Qué pena!

Me encanta pasear por esas calles donde trabajan cantantes, mimos, pintores… Siempre tengo la sensación de que son el último hálito de humanidad que queda en nuestras frías e impersonales ciudades. No veo por qué molestan tanto a nuestros políticos unas personas que lo único que quieren es ganarse unas monedas y compartir su talento. Porque, en la calle, hay muchos artistas con talento.

Y digo yo, ¿No hay otras cosas más importantes que “limpiar” en nuestras calles? Por favor ¡dejen en paz a los artistas callejeros! Y dedíquense a las cacas de los perros y a los carteristas. Por poner dos ejemplos.

“Cantaba, con una voz muy suave, una canción de un país lejano. La música volvía familiares a las palabras desconocidas. Parecía un fado para el alma, pero no tenía con él ninguna semejanza.

La canción decía, con las palabras veladas y la melodía humana, cosas que están en el alma de todos y que nadie conoce. Cantaba él con una especie de somnolencia, ignorando con la mirada a los oyentes, en un pequeño éxtasis callejero.

La gente reunida le oía sin gran zumba visible. La canción era de todo el mundo, y las palabras hablaban a veces con nosotros, secreto oriental de alguna raza perdida. El ruido de la ciudad no se oía si le oíamos, y pasaban los coches tan cerca que uno me rozó el faldón de la chaqueta. Pero lo sentía y no lo oí. Había una absorción en el canto del desconocido que le hacía bien a lo que en nosotros sueña o no consigue. Era un acontecimiento callejero, y todos nos fijamos en que el policía había doblado la esquina despacio. Se acercó con la misma lentitud. Se quedó parado un rato detrás del chico de los paraguas, como quien ve algo. En aquel momento el cantor se detuvo. Nadie dijo nada. Entonces intervino el policía.”

Texto: Fernando Pessoa - Libro del desasosiego.
Cuadro: "Músicos en la calle" - Rafael Boluda.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Libro del desasosiego - Fernando Pessoa.

"El hombre no debe poder ver su propia cara. Esto es lo más terrible que hay. La naturaleza le ha concedido el don de no poder verla, así como el de no poder mirar a sus propios ojos.

Sólo en el agua de los ríos y de los lagos podía mirar su rostro. Y la postura, incluso, que tenía que adoptar era simbólica. Tenía que inclinarse, que rebajarse para cometer la ignonimia de verse.

El creador del espejo envenenó el alma humana."

Cuadro: "Narciso" - Caravaggio.


Atribuida por su autor a Bernardo Soares, alter ego de Pessoa, el libro es el diario íntimo de un ayudante de contable que vive en la Lisboa de los años 30. No es un diario personal sino una exposición de reflexiones sobre la vida, la muerte, la soledad, el amor, la literatura, el arte… Cada una de las reflexiones forman, a mi modo de ver, un libro dentro del libro. Si a esto añadimos el don que Pessoa tiene para convertir la prosa en poesía y el don que posee para la narrativa y la descripción… El “Libro del desasosiego” es un libro único.

No me acuerdo por qué hace un mes decidí volver a leer el “Libro del desasosiego” de Pessoa. Recuerdo que la primera vez que lo hice disfruté muchísimo y que no me duró dos asaltos, pero esta vez no sé qué ha pasado porque me ha cautivado de tal manera que la lectura se ha vuelto más pausada, más saboreada. De hecho he tardado un mes en leerle cosa que, creo, no me ha pasado con ningún otro libro. Cada línea, cada párrafo me ha descubierto algo, me ha hecho parar la lectura para pensar. No sé, esta segunda lectura ha sido como más íntima, más personal. ¡Qué sabor de boca más bueno me ha dejado!

"Libro del desasosiego" debería ser lectura obligatoria. Hacedme caso, leedle.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Cuki.

Para Lili Devo, una magnífica pintora que
tiene una paleta llena de colores y magia.


Cuki, el duende, vive en un hermoso jardín. Al final de una larga y hermosa avenida de Coihues, Ñires y Guindos se vislumbran un campo de Acacias Mansas y Ceibos Chaqueños rodeando pequeños parterres de flores de mil tonalidades.

El jardín cobra vida cada mañana cuando el coro de Calandrias, Churrinches, Cardenales y Benteveos, interpretan sus melodías para que miles de mariposas comiencen su danza multicolor alrededor de las flores. La brisa pide permiso a Cuki para sacar a bailar a los árboles que agitan rítmicamente sus ramas y las flores se inclinan con respeto y el duendillo aplaude al bello ballet.

Al anochecer Cuki se retira a descansar a su cálido refugio dentro del tronco del milenario Arce de Azúcar que preside majestuoso el centro del jardín. Algunas noches su habitación se ilumina de una forma especial. En esas noches, en que una luz mágica baña de plata el jardín, Cuki se viste con sus mejores galas: su pantalón de rayas azules y rojas hecho con pétalos de gladiolo y rosas, su camisa blanca de pétalos de jazmín, y su sombrero de violetas. Escoge de entre todas las flores la más bella y corre feliz a recibir a su amiga la luna que viene a contarle un cuento antes de dormir.



Cuadro: "Cuki".
Artista:
Lili Devo

miércoles, 4 de noviembre de 2009

"SUS" Libros.


“Me dispongo a hablar de mis libros, y en este pronombre posesivo: "mis", quiero que se entiendan incluidos no sólo los libros que yo mismo he escrito a lo largo de mi vida, sino también, y quizá ante todo, los libros que he leído durante toda ella, y desde antes de que mi mano fuera capaz de trazar el papel los primeros esbozos tanteando dar expresión a las fantasías de una infantil imaginación literaria, pues los unos son inseparables de los otros: en el espíritu del escritor la literatura toda constituye un campo estrechamente solidario, y es lo cierto que sin aquellas primeras lecturas mis posteriores escritos no hubieran sido lo que llegaron a ser. Así, pues, las obras de los clásicos son también en cierto modo mías, porque yo me las apropié codiciosamente conforme iba descubriéndolas en las estanterías de mi casa natal para desentrañar como mejor podía sus palabras misteriosas, fascinantes, mal comprendidas con frecuencia.

Por supuesto, la casualidad de que tales libros los de autores clásicos estuvieran a mi pronto alcance fue para mí muy afortunada. Cierto que su a veces ardua lectura hubiera podido resultarme descorazonadora si mi curiosidad no fuese superior a cualquier obstáculo; pero es que, además, esa lectura laboriosa "impropia de mi edad", como se me decía se alternaba con la de toda clase de otros papeles, aun los de calidad más barata, desde los tebeos, que empezaron a publicarse por aquellos años de mi precoz voracidad lectora hasta novelas y novelones traducidos al español, y sobre todo los cuentos imprescindibles del benemérito editor Saturnino Calleja, que siempre me sabían a poco; y estas lecturas más livianas contrapesaban la carga exigente, aunque tan agradable y compensadora, de los autores antiguos. De la intensa felicidad libresca de mis años tiernos conservo vivo el recuerdo visual de los tomos del Quijote editados para el centenario por Navarro Ledesma: sus pastas en rojo y oro rebrillan todavía en mi memoria, como también conserva ella el color de las pastas, éstas verdes con letras negras, de los dos tomos de La Regenta que había en mi casa. Con todo, debo confesar que mi ansia de aventuras encontraba su más placentero recreo en las de Los tres mosqueteros, o en las penalidades luego vengadas de El conde de Montecristo, en las novelas traducidas de Walter Scott, en otras de Ponson du Terrail y en los folletines de Fernández y González, especialmente su Rodríguez de Sanabria y El Pastelero de Madrigal; que marcarían fuerte huella en mi ánimo. Conviene advertir, sin embargo, que estas intrigas novelescas no acaparaban por entero mi atención literaria, pues también solía recrearme en la poesía de Bécquer, del Duque de Rivas y de Campoamor, cuyos versos eran objeto por aquel tiempo, no ya de lectura, sino de memorización y recitado en familia dentro de los círculos de la burguesía.”

Fragmento del discurso que ofreció en la Universidad Carlos III de Madrid el 29 de enero de 2001 con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa.

martes, 3 de noviembre de 2009

El mascarón de proa del Zamná.

Ya os comenté en una ocasión lo que me gustan los mascarones de proa y la envidia que me daba Pablo Neruda con su colección y lo que me gustaría que el de la Marigalante estuviese colgando del techo de mi biblioteca (soñar es barato, ya lo sé). Así que podéis imaginar mi cara al ver el mascarón de la proa del Zamná.


Pregunté a Vital Alsar por el significado del mascarón. El capitán nos explica que es una Paloma de la Paz. Los agujeros de su cuerpo son las guerras, ya no tiene alas, pero todavía le quedan unas plumas que simbolizan la esperanza de que aún es posible un mundo donde la luz acabe con la oscuridad de las tinieblas.


Bellísimo mascarón de proa. Ya, ya, este tampoco podrá ser mío. Me conformaré con ampliar una de las fotos para colocarla en un sitio preferente de mi biblioteca así, cada vez que la mire, me sentiré orgullosa y honrada por haber sido recibida en Zamná y por el cariño con que me trataron su capitán y su tripulación.

Desde aquí, agradezco el tiempo que me dedicaron por entrañable y por enriquecedor.
Y, amigos, con esto concluyo mi inolvidable fin de semana.

lunes, 2 de noviembre de 2009

"Zamná" el barco de la paz en Mallorca II

Para mí los dos momentos del día donde la mar adquiere una tonalidad especial son el amanecer y el atardecer. El resto del día la mar es bella ¿acaso alguna vez no lo es?, pero al amanecer y al atardecer me enamora de una forma especial que no sé explicar. Es por eso que las fotos que vais a ver tienen el color que tienen, unas están tomadas el domingo por la tarde, las otras hoy lunes a primera hora de la mañana en una visita privada que hicimos unos pocos cántabros que asistimos a la conferencia.

El barco:

Es un trimarán diseñado, como híbrido histórico, recopilando elementos característicos de embarcaciones antiguas de distintos pueblos. En cubierta hay tres cabañas: una en honor del pueblo maya, otra en honor del inca, la tercera en honor de los indios de Norteamérica.

El trimarán ha sido construido con medidas mayas: 33,3 metros de eslora, 6,33 metros de manga, tres mástiles de 21,33 metros de altura. El número 3 representa para la cultura maya los tres niveles de universo, el cielo, el mundo donde vivimos y el inframundo. En lo alto del palo mayor ondea la bandera de la paz.

Cosucas de a bordo:

- San Francisco de Asís acompaña siempre al capitán en su travesía, esta vez no iba a ser menos. Lo encontramos en lo alto de una de las pirámides mayas que cubren las luces de popa.

- La mayoría de la tripulación es mexicana y con ellos embarcó en Cozumel la virgencita de Guadalupe.

- A estribor nos recibió una imagen del Dios Azteca Zamná.

- En el centro del salón, una mesa bellísima en forma de cruz fabricada con dos clases de madera. Dicen que es una réplica de aquella en la que Colón puso de pie el famoso huevo. En ella hemos pasado unos enriquecedores momentos escuchando al capitán y al historiador mallorquín, amigo de Vital Alsar, Gabriel Verd Martorell. En agradecimiento por su el tiempo que nos han regalado les dedicamos, como no, una canción montañesa.

- En la construcción del barco se han utilizado 14 tipos de maderas tropicales. Algunas de ellas son: Roble, Cedro, Palo blanco (del sureste de Veracruz), Puté y Machiche (de Campeche), Corazón Azul Kerkú (de Chiapas). Y muchas otras que nos dijeron pero que mi memoria no retuvo. Lo siento.

Ya, ya, impacientes. Aquí van las fotos.



Os recomiendo dos visitas muy especiales:
La página ofical de la travesía: http://www.zamnamensajerodepaz.org
La página oficial del proyecto desde Cozumel: http://www.zamna.com

"Zamná" el barco de la paz en Mallorca I

"Donde hay paz hay cultura,
Donde hay cultura hay paz."

(Elena Röerich)


Esa es la cuarta vez que empiezo esta entrada. No es que no sepa lo que quiero contar, es que me pueden la emoción y los sentimientos y me apasiono tanto que no controlo las palabras.

Pero bueno, ver si me calmo y les cuento como lo que iba a ser un fin de semana tranquilo se convirtió en uno de los más bellos y enriquecedores que he disfrutado.

Vamos allá:

La travesía
“El niño, la mar, la paz y Cozumel” es un proyecto de mi paisanuco el Capitán Vital Alsar para promover el mensaje de paz entre los niños del mundo a través de la navegación y el amor por el mar.

El viernes, Vital Alsar, atracó en el puerto de Palma de Mallorca. El barco, un trimarán de tres palos, lleva el nombre de un Dios Maya: “Zamná”, considerado por el pueblo Maya como el patrón de las artes y el conocimiento.

La travesía partió en agosto desde
Cozumel, la isla de la paz (México), con destino Grecia para hermanar a dos de las grandes cunas de la civilización: la cultura maya y la escuela griega del conocimiento.

La Tripulación está formada por el capitán Vital Alsar, 14 marineros y el que para mí es el tripulante más importante de esta travesía: Juan Pablo, un niño maya que ejerce la función de embajador del resto de los niños del planeta para solicitar que se promueva la cultura y la paz en el mundo.

El domingo por la tarde, en el Real Club Náutico de Palma de Mallorca, Vital Alsar nos ofreció una conferencia para dar a conocer la finalidad del proyecto “El niño, la mar, la paz y Cozumel”.

En el apartado “ruegos y preguntas” le pregunté al capitán si, habrá un libro “Zamná, un barco por la paz” en el que nos narre la travesía y las experiencias vividas en ella. Vital Alsar nos dijo que no descartaba la idea.

Espero que así sea. En su día disfruté con sus otros dos libros, “Las Balsas” y “¿Por qué imposible?”, espero disfrutar de un tercer libro.

Continuará….

viernes, 30 de octubre de 2009

El día de los difuntos.

Cuenta una leyenda Huasteca de Tampamolón, municipio de San Luis de Potosí (México), que hace tiempo vivía en un hombre raro y solitario. No se había casado y no tenía hijos, sus padres habían fallecido y sus hermanos eran “espaldas mojadas” que vivían en Estados Unidos.

Este hombre no soportaba la festividad de los Difuntos y evitaba a sus vecinos cuando preparaban las ofrendas a los difuntos. A pesar de que sus vecinos le decían que debía participar de la fiesta y llevar ofrendas a sus antepasados, él prefería encerrarse en casa.

Un año en que las lluvias habían llegado tarde, aprovechando la festividad de los muertos, el hombre aprovechó para trabajar en el campo. Salió de casa al amanecer para evitar a la gente y no tener que escuchar sus reproches por no llevar las ofrendas al cementerio.

Al atardecer, cuando regresaba a su casa, vio a mucha gente que caminaba en fila en su misma dirección. Observó que todos iban muy contentos y que llevaban las ofrendas en su mano. Entonces se dio cuenta de que eran difuntos. Conocía a alguno de ellos: unos ancianos amigos de la familia, unas chicas fallecidas en un accidente, y así más habitantes del Tampamolón que habían fallecido hacía años. Al fina de la fila caminaban sus padres, tristes porque no tenían ninguna ofrenda.

Al ver la tristeza de sus padres, le invadió la angustia por su egoísmo y fue a casa a preparar una ofrenda. Pero ya era tarde. Tendría que esperar al año siguiente para que los muertos regresasen al mundo de los vivos.

Y, cuenta la leyenda Huasteca que, fue tanta la angustia y la culpa del hombre, que a los pocos días murió de tristeza.


Esta leyenda me la contó cuando era pequeña la madre de una amiga. Ella es mexicana y sabe unas leyendas preciosas. Espero que si me visita algún amigo de México sepa perdonarme si no he sido muy fiel a la historia pero era muy niña cuando la oí.

Siempre me ha gustado la manera tan alegre y respetuosa con que tratan a sus muertos. En estos tiempos modernos en que en España se está instalando la, a mi modo de ver, espantosa tradición anglosajona del "jalogüin", envidio cómo conservan sus tradiciones los mexicanos.

Puntos de libro.

Abrovechando que he billado un batarro de brimera categoría y que no buedo salir de casa, he embezado a hacer una cosa que quería hacer hace tiembo. Escanear mis Buntos de Libro.

Vale, dejo el cachondeo y escribo en castellano saludable.

Comencé a coleccionar Puntos de Libro hace muchos años cuando una de mis dos librerías de toda la vida en Santander, la desaparecida Hispano Argentina , me premió con uno precioso por hacer un auténtico despilfarro de dinero en una tarde loca.

A partir de ese día, cada vez que compraba un libro escogía un punto de libro para él.

Y no sé cómo he llegado a esta situación pero me he convertido en una auténtica “puntoadicta”. Veo uno y la mano se me va a él como la mano de los niños al chocolate. Los busco en librerías, museos, exposiciones, Internet… Los tengo de todos los tamaños y materiales: cuero, madera, hechos con semillas, de plata, cobre, papel reciclado, metálicos, cerámica… Incluso tengo dos, que me costaron un par de sesiones de diálisis, que son dos óleos sobre lienzo hechos por un pintor parisino que exponía sus obras en la calle en Madrid.

Mis amigos y mi familia saben que me apasionan así que cuando van de viaje siempre se acuerdan de mí y me compran alguno. Algunos de los más bellos y originales que tengo se los debo a ellos.

Voy a tardar unos días en escanearlos todos pero, de momento, os dejo un adelanto. Espero que os gusten.




domingo, 25 de octubre de 2009

Cosas inexplicables.

¿No os ha sucedido alguna vez que encontráis en casa cosas que están fuera de su sitio y no os explicáis cómo han llegado a ahí? No es que suceda a menudo pero sucede.

Por ejemplo: ¿recordáis que hace unos meses pisé una bolsa de plástico que había en el suelo de mi cocina y que me dí un porrazo de aupa y me rompí la muñeca? Pues juro que no fui yo quien puso la bolsa ahí.

Otro ejemplo: Esta mañana cuando he abierto la nevera para sacar la leche me he dado cuenta de que en una de las baldas, junto a la cecina de León, estaban las llaves de mi coche. Yo no he sido, lo prometo.

Después de leer esto, muchos estaréis pensando que soy muy jovencita para tener estos “despistes” y que debería hacérmelo mirar por un especialista. Es lógico que penséis esto porque no sois cántabros. Si fueseis cántabros sabríais que, cuando suceden cosas como estas, no hay que preocuparse, no hay que sorprenderse ni asustarse, son cosas de duendes. Más concretamente de un duende conocido en nuestros hogares como “El Trastolillo”.

El Trastolillo es un duende doméstico de la mitología de Cantabria. Habita en nuestras casas y es revoltoso, travieso, juguetón.

Yo no le he visto nunca, aunque sé que anda por casa, pero quienes han tenido el privilegio de verle, o así nos lo quieren hacer creer, dicen que es pequeñuco, tiene cara pícara con ojillos verdes y unos colmillos retorcidos, es negro como el hollín, tiene pelo largo, un rabillo que a penas se aprecia y cuernecillos. Cuentan también que viste con un manto rojo hecho de cortezas de árbol cosidas con hiedra, que se cubre la cabeza con un gorro blanco y que se apoya en un bastón de madera.

Este travieso duendecillo se divierte tirando la harina, bebiendo la leche, escondiendo las albarcas, aflojando los pestillos de las ventanas en noche de viento para que rechinen, quemando los guisos….

El muy pillo, se ríe y se lo pasa en grande mientras hace sus trastadas pero, dicen, que si les coges “in fraganti” lloriquean arrepentidos y fingen lamentarse del estropicio causado.

Personalmente el duende me gusta, me resulta simpático el muy puñetero, pero hay quien no le quiere en casa y para evitar que entre tira garbanzos al suelo, así cuando el trastolillo entra resbala y se va. No sé si será eficaz la idea, pero a mí no me parece muy buena.

Así que ya sabéis, cuando ocurra algo inexplicable en casa no tenéis que preocuparos porque es cosa del Trastolillo que ha ido a visitaros.

¡Ah! Una cosa más. No todo es culpa del Trastolillo. Si metéis dos calcetines en la lavadora y al sacarlos sólo aparece uno, ahí no ha intervenido el duende. Los calcetines tienen tendencia a reencarnarse en mecheros dentro del bolsillo de un pantalón, o en esas monedas que atascan los desagües. Está más que comprobado ;-).


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sábado, 24 de octubre de 2009

Un regalo en la mañana.

La mañana ha despertado con melancolía de fado. El compás de la lluvia tocando en la ventana y el sonido de los pasos del agua caminando por el torrente, han llegado hasta mi cama para darme los buenos días. Me gusta la lluvia: me gusta cuando nocturna canta una nana para acompañar mis sueños, me gusta cuando me despierta repiqueteando alegre por la mañana, me gusta cuando silenciosa respeta mis momentos tristes o nostálgicos. Si, me gusta.

Al abrir la ventana mi mirada ha amado el color gris, casi azul, del cielo reflejándose en el mar. El día invitaba al paseo.

La ciudad me ha cautivado con su paisaje. Parecía una de esas fotografías antiguas en sepia que han sido, en parte, coloreadas. Caminaba por el casco antiguo, la temperatura agradable, las gotas de lluvia rebotando sobre mi paraguas para caer al suelo y salpicar frescas contra mi pantalón vaquero, apenas se ha cruzado en mi camino media docena de personas, las calles están perezosas. Al torcer una esquina la melodía de un saxofón me han desviado del camino para conducirme hasta el soportal donde se refugiaba un músico callejero. He entrado en un bar, he pedido dos cervezas y he regresado para sentarme junto a él. El músico ha agradecido la cerveza con un movimiento de cabeza y con una mirada me ha invitado a compartir su refugio.

Si, el día invitaba al paseo… y a escuchar un saxo.



"Mi saxo rojo" - Alejandro Kurt Dreckmann Lopomo

jueves, 15 de octubre de 2009

Déjate contar un cuento - Paula Farias.

Es curioso pero, a veces, tengo en las estanterías del olvido libros que en su día fueron muy importantes por la enseñanza que aportaron. Pueden pasar meses, años, sin que me acuerde de ellos hasta que, así como por arte de magia, sucede algo que me los trae de nuevo a la memoria y los recuerdo como si los hubiese leído dos horas antes.

Eso es lo que me ha sucedido esta semana, gracias a la “provocación” de
Senovilla y Angel Cabrera, con “Déjate contar un cuento” un libro maravilloso tanto por su contenido como por las fotografías que le ilustran.

Ayer, mientras me daba un atracón de mandarinas (o clementinas, que no consigo saber cuál es cuál, pero da igual están buenísimas) decidí volver a leerle de nuevo. Y así, con esta segunda lectura, me he dado cuenta de dos cosas:

La primera, que “Déjate contar un cuento” es un cofre lleno de humanidad. La segunda, que esa humanidad la enseñan no sólo los protagonistas de las historias sino también las personas que día a día ceden gratuitamente su tiempo y su amor por estos protagonistas.

Y en esas cavilaciones andaba yo, en pensar cuánta gente anónima y fantástica hay por esos mundos poniendo sus conocimientos y su tiempo a disposición de todas aquellas personas que lo necesitan, cuando va mi paisanuco
Tejón (que debe de tener algo de telepatía) y ese mismo día me descubre que en algún sitio de mi ciudad, puede que hasta cerca de mi barrio, vive una de esas personas. Se llama Elena y es enfermera voluntaria de Médicos del Mundo. Me cuenta mi paisanuco que Elena está pasando ahora por un mal momento y, por eso, he pensado que los que estos días hemos hablado de Solidaridad quizás podríamos darnos una vuelta por su casa para animarla un poquito. No sé pero creo que es justo dar un poco de cariño a quien tanto y con tanta alegría da.

Por la parte que a mi me toca, y ya que esta vez la “lianta” voy a ser yo, le dedico esta entrada con todo mi cariño y mi admiración por el trabajo que realiza.

Aquí dejo para ella, uno de los cuentos que forman parte de “Déjate contar un cuento”. Está contado por un niño que vive en uno de esos barrios, de la periferia de alguna ciudad, donde centenares de personas viven en los fondos más oscuros de la pobreza.

VIVO EN UN PUZZLE. Mi casa es un puzzle de colores. Está hecha de trozos de muchas cosas; maderas, trapos, latas, recortes de aquí y allá. Y resulta confortable, aunque a veces falten piezas y por los huecos se cuele el aire y los ruidos de la calle y todo.

Antes vivíamos en el pueblo y todo era más fácil, las casas eran de tierra y caña y si faltaba alguna pieza íbamos al monte a buscarla. Pero ahora no. Ahora si falta algo hay que salir a buscar al basurero de la esquina que es donde tiran todos los restos de los otros puzzles que ya no sirven para nada.

Mi casa es distinta de todas las demás. La casa de mi amigo Biko es un puzzle también, pero de otro juego. Sus piezas no encajan en la mía, o a lo mejor sí, a lo mejor es que al construir todo esto se mezclaron las cajas y por eso es todo de colores. Porque ya podía ser que toda mi casa fuera del mismo cartón y la de Biko de la misma lata, aunque así el barrio siguiera teniendo esa misma pinta de puzzle.

De todas formas a veces pienso que a lo mejor yo también estoy en el juego equivocado.

martes, 13 de octubre de 2009

jueves, 8 de octubre de 2009

Solidaridad.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra Solidaridad tiene el siguiente significado:

“Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”.

Yo, además hubiera afilado un poco más: “… actuando de forma voluntaria y sin pedir nada a cambio.”

Me explico:

Hay quien apoya/ayuda a otro y, como decía una vecina mía, “lo apunta en el libro de alcuerdos” para más tarde pedir cuentas. No sé vosotros pero para mí esto no es solidaridad sino mezquindad y ruindad dignas de las personas más despreciables.

Por otra parte, digo que la solidaridad debe de ser un acto voluntario porque ya empiezo a estar harta de escuchar la frasecita “qué poco solidaria eres”. Pero bueno, ¡y usted que leches sabe lo solidaria, o no, que soy yo! Yo me uno a las causas que considero justas y nobles. Y las otras, que las defienda quien así crea que es correcto hacerlo.

Hace unos días, gracias a un artículo de Carmen Posadas en la revista XL El Semanal, he descubierto a un grupo de personas que, a mi modo de ver, definen a la perfección la palabra solidaridad. Por si quieren visitarlas.

Ya sabéis que no suelo participar en memés, concursos, y cosas de esas, salvo que lo propuesto me parezca interesante, y que, si lo hago, intento relacionarlo con la lectura que es el mobiliario principal de esta casa. Para esta propuesta a la que nos animaron Senovilla y Angel Cabrera, he escogido de mi biblioteca dos libros solidarios a cuya causa si me uní y que os recomiendo con cariño.

- “Era media noche en Bhopal” de Dominique Lapierre y Javier Moro. Parte de los derechos de autor de este libro don para financiar acciones humanitarias en la ciudad indú de Bhopal, arrasada en 1984 por los gases tóxicos que se escaparon de una fábrica norteamericana de pesticidas y cuyo efecto fueron treinta mil muertos y quinientos mil heridos. Hoy, 25 años después, los ciudadanos de Bhopal siguen sufriendo las consecuencias de la fuga del pesticida.

- “Déjate contar un cuento” de Paula Farias con prólogo de Saramago. Paula Farias, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras, hace un álbum fotográfico en forma de cuentos cuyos narradores son los niños quienes mezclan la fantasía con la esperanza de sus desoladoras vidas. 1 Euro del importe de cada libro es destinado a Médicos sin Fronteras.

Como verán ser solidario es actuar para ayudar/apoyar a otro que lo necesita, de forma voluntaria y sin pedir nada a cambio. De la manera que cada cual pueda, o quiera. Haciendo, no diciendo. Que hablar es fácil y cómodo.

lunes, 5 de octubre de 2009

Mercedes Sosa se nos fue.

“Y aunque me quiten la vida
o engrillen mi libertad
o aunque chamusquen quizá
mi guitarra en los fogones
han de vivir mis canciones en el alma de los demás”
(Coplas del Payador perseguido)

Recuerdo que era muy joven cuando oí por primera vez un disco de Mercedes Sosa. El disco, cuando aquello de vinilo, se llamaba “Mercedes Sosa en Argentina” lo recuerdo perfectamente porque es el único disco de todos los que tengo que, confieso ahora, he afanado. Ese día descubrí canciones como “Gracias a la vida”, “Como la cigarra”, “Sólo le pido a Dios”… y ese día decidí que yo también quería cantar esas canciones, con Poncho y tambor como ella. ¡Qué ilusa llega a ser la juventud!

Con los años fui adquiriendo todos los discos de la “Negra” Sosa que pude. Y sólo ella consiguió que el dinero ahorrado para comprar un libro fuese gastado en un disco.

Cada vez me gustaban más las canciones de esa argentina que llenaba mi habitación con su voz. Fui indagando y me encontré con que Mercedes Sosa cantaba lo cotidiano, la sencillez de su país y su gente, sus alegrías y sus sufrimientos. Que cantaba por un mundo más justo y equitativo, que le puso voz a la realidad latinoamericana y se la cantó al mundo. Y que por ello fue arrestada y silenciada y tuvo que abandonar su Argentina y marchar al triste, cruel e injusto exilio.

Y entonces comprendí que yo podría cantar sus canciones pero que nunca, jamás, podría hacerlo como ella lo hacía. Descubrí que mi ilusión de juventud era únicamente eso, una ilusión, porque lo que hacía que las canciones la “Negra” Sosa hiciesen brotar todos mis sentimientos a la vez no eran sólo la poesía de las letras o la música. No, señor, no era eso. La magia de Mercedes Sosa era que ella tenía las cuerdas vocales en el alma y hasta su tambor sonaba a latido de corazón. Eso es lo que la ha hecho siempre ser única e irrepetible.

Negra, hoy cada latido de mi corazón es una lágrima. Gracias por todo lo que me has enseñado pero, sobre todo, por haberlo hecho desde la fuerza de la música y la voz.

Descansa tranquila, negrita, lo hiciste perfecto.


viernes, 2 de octubre de 2009

El ángel orfebre.

Don Roberto Menetti trabajaba en el taller familiar de orfebrería, situado en el Ponte Vecchio, cuando las gotas comenzaron a golpear con fuerza los cristales. Un temblor recorrió su cuerpo y le hizo estremecer. Tenía veinte años cuando la lluvia abrió los diques del Arno y liberó las aguas que inundaron la ciudad de Florencia y la sepultaron bajo un denso manto de barro.

D. Roberto fue hacia la ventana y observó el río con recelo. Estaba creciendo. Recordó con dolor los días posteriores al “Aluvione”, cuando miles de voluntarios, llegados de todo el mundo, trabajaban en cadena para salvar pinturas, libros, todo el arte y la historia que Florencia había cuidado con cariño, durante siglos, entre los muros de sus iglesias, museos y bibliotecas. “Gli Angeli del Fango” así serían conocidos estos ángeles guardianes a los que toda la Toscana, y en especial Florencia, estarían siempre agradecidas.

Regresó a su mesa de trabajo y se sentó. Observó su trabajo: un maravilloso evangelio del S. XII encuadernado en oro, plata y piedras preciosas, en la tapa superior de la encuadernación los Magos de Oriente adoran al Niño Dios. Los Angeli del Fango lo habían encontrado debajo de una maraña de hierros, piedras y barro. Hoy, cuarenta y tres años después, D. Roberto Menetti, pulía los últimos detalles de la encuadernación antes de devolverle a las vitrinas de la biblioteca de la Casa Buanarroti.

La lluvia no cesaba. El orfebre tomó el evangelio entre sus brazos, le apretó contra su pecho cubierto por el guardapolvo gris que usaba para trabajar y elevando sus ojos hacia el cielo prometió proteger el libro, si hacía falta, con su vida.

jueves, 1 de octubre de 2009

Tango y Candombe - Patrimonio Cultural de la Humanidad.

“Quiero música, maestro, se lo pido por favor,
que esta noche estoy de tangos…
Quiero hacerle un expediente al corazón,
que tenga compás y canto.”
(Homero Expósito).


Ayer, 30 de septiembre de 2009, el Comité Intergubernamental de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial reunido en la Abu Dhabi declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad al Tango. También fue declarado Patrimonio de la Humanidad el Candombe, música de ritmo vivo de origen africano que llegó al puerto de Montevideo en el S. XVIII.

Para celebrar tan magnífica noticia, os dejo el vídeo promocional que la ciudades de Buenos Aires y Montevideo enviaron para la candidatura. El vídeo está formado por fragmentos de la película “El café de los maestros”.

Mis más cariñosas felicitaciones para Argentina y Uruguay. Comparto con ellos su alegría y su emoción. Si, hoy es un gran día.


martes, 29 de septiembre de 2009

Un cumpleaños muy especial.


El 29 de septiembre de 1964 la revista “Primera Plana” de Buenos Aires comienza a publicar dos veces por semana las tiras de Mafalda.

Hoy, en su 45 cumpleaños, me gustaría poder estar sentada junto a ella en el barrio San Telmo para poder felicitarla y para darle las gracias por todas las risas y sonsiras que me ha regalado a lo largo de estos años.

45 años y las reflexiones de esta inteligente niña siguen de plena actualidad, qué pena lo poco que el mundo ha cambiado. Si la escuchásemos más…

En su honor, y para celebrar su cumpleaños, sacaré sus viñetas de mi biblioteca por enésima vez y pasaré la tarde con ella.

Che, gordita, que los cumplas muy feliz.

Gracias Quino.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Grand Splendid de Buenos Aires.

El 14 de mayo de 1919 se inauguró, en la zona conocida como el Saint Germaine Porteño, el Splendid Theatre de la ciudad de Buenos Aires que se convirtió en la sala teatral más lujosa de la ciudad.

Su situación era única, en el centro de los palacetes y muy cerca de una zona residencial distinguida. Fue construido con todas las comodidades y siguiendo todas las exigencias de las ordenanzas municipales. Cuentan las crónicas de la época que su suelo estaba tapizado con una gruesa alfombra verde, que el frente tenía una forma curva que permitía sentarse sin que las rodillas tropezasen con nada, que las butacas eran las más cómodas y que la platea estaba tapizada con una finísima tela de seda verde que era lo último en decoración de grandes teatros. Hay que destacar en la arquitectura del edificio la espectacular cúpula, realizada por el pintor italiano Nazareno Orlandi, que reproduce temas de la I Guerra Mundial en un estilo que mezcla el manierismo y el romanticismo. El Splendid introdujo la novedad de los abonos, al estilo de los teatros norteamericanos. Hacia 1924 comenzó a organizar conciertos de tango que luego se grababa por el sello El Nacional Odeón. Por su escenario pasaron los grandes del tango: Gardel, Ignacio Corsini, Lola Membrivesy Roberto Firpo que le compuso un tango titulado “Grand Splendid”.

En 1926, comenzó a funcionar como sala de cine y en ella se estrenaron los clásicos del cine argentino. Fue en la sala del Splendid donde se exhibió la primera película sonora en Buenos Aires.

En uno de los pisos altos del edificio nació la primera radio de la ciudad “Radio Splendid” que tuvo entre sus invitados artistas de la talla de Carlos Gardel o Canaro con su orquesta.
En febrero del año 2000 el grupo Ilhsa firmó un contrato de alquiler por el edificio y lo remodeló, conservando su estructura y belleza arquitectónica, para convertirlo en lo que en la actualidad es la segunda librería más grande de Sudamérica y la segunda más bella del mundo según el diario británico The Guardian. La librería Ateneo Grand Splendid.

La librería posee tres plantas de exposición y venta de libros en dos mil metros cuadrados, salas de lectura, un amplio espacio dedicado la literatura infantil y una cafetería temática situada en el escenario desde donde se puede disfrutar de toda la majestuosidad del edificio.


El Ateneo Grand splendid se inauguró el viernes 25 de septiembre de 2000. Ayer cumplió nueve años y desde aquí deseo que los cumpla feliz pero, sobre todo, que cumpla muchos, muchos años más.



Advertencia.


En otoño, la mano al moño.


Cuadro: "Mujer al viento junto al mar"

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Los mascarones de proa de Pablo Neruda.

Esta mañana he encontrado un bonito regalo en mi correo electrónico. Me lo ha enviado mi amigo “Tejón” desde “Náufragos de la mar”. Tejón me ha regalado unas fotos que ha sacado al mascarón de proa del “Thalassa”, un precioso bergantín goleta de tres palos de bandera holandesa, que ha estado navegando por aguas de la bahía de Santander durante la celebración del II Festival del Mar.



En el correo, Tejón me dice “seguro que podrás hacer algo con ellas.” Pues si señor, voy a hacer con ellas algo que tenía en mente hace tiempo pero que, unas cosas por otras, he ido dejando para más adelante.

Vamos allá:

Además de la poesía, las mujeres y la afición por coleccionar, Pablo Neruda tuvo otra gran pasión: el mar. Tuvo en
Isla Negra (Chile) en una casa frente al mar, escribió sobre el mar y en el mar. Coleccionó barquitos armados dentro de botellas, barcos en miniatura, marinas de diversos pintores, silbatos marineros, ojos de buey, escafandras, bitácoras… A lo largo de sus viajes alrededor del mundo fue adquiriendo innumerables objetos (monedas, billetes, libros, muebles…) que el poeta denominaba “mis juguetes”.

Reconozco que me llamó la atención esta faceta coleccionista de Neruda, pero la que colección que más me fascinó fue una que, por norteña y amante del mar, me pareció de una originalidad y belleza enorme: Pablo Neruda coleccionaba Mascarones de Proa. Dicen que allá donde se vendían partes de barcos hundidos o inservibles, allá se acercaba Neruda para adquirir un mascarón de proa para su colección. ¡Qué envidia me dio el poeta con esta colección! ¡Lo que yo daría por tener en el salón de mi casa el mascarón de proa de la “Marigalante”!, por cierto, Neruda también soñó con tener este mascarón.

Aquí dejo unas fotos de algunos de los mascarones de Neruda. Disfrútenlas.

"La Medusa"

"María Celeste"

"La Guillermina" y escritorio del poeta.

Otros mascarones de la colección.

“En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta. He edificado mi casa también como un juguete y juego en ella de la mañana a la noche”.
(“Memorias” – Pablo Neruda).

martes, 22 de septiembre de 2009

Solas.

Estaba pegada a la pared pálida, paralizada, en silencio para no ser descubierta. ¿La habría visto? Inspiró hasta llenar los pulmones de aire y exhaló el aire con cuidado para no hacer ruido. Lo volvió a hacer tres veces más para poder dominar el miedo. Oía sus propias palpitaciones. ¿Las oiría ella también?

Tenía que moverse, hacer algo o acabaría siendo descubierta. Acompañada por el terror que la invadía avanzó silenciosamente sin despegar su espalda de la fría pared blanca, un paso pequeño, otro, con cuidado, sin hacer ruido. Cogió el arma con las manos temblorosas y frías por el sudor, y la apretó contra su pecho. Miró el arma indecisa, no sabía si sería capaz de hacerlo. Decidió que era su vida o la de ella. Defensa propia.

De nuevo juntó la espalda a la pared y regresó a la habitación. Asomó la cabeza por la puerta con temor. Allí seguía, no se había movido. Se acercó por detrás, miró sus manos sudorosas sosteniendo el arma y volvió a dudar. ¿Y si la dejaba herida y se defendía? ¿Qué haría? Respiró hondo. “No, pensó, tengo que matarla, no puedo fallar”.

Su cara reflejaba una mezcla de terror y repugnancia cuando sujetó el arma con fuerza, la alzó a la altura de los hombros y la echó hacia atrás para darle mas fuerza.

Un solo golpe, un golpe seco, y la maldita araña quedó estampada en la blanca pared. En el suelo, el arma del crimen, la escoba que había soltado cuando todo su cuerpo se relajó al verse ya, por fin, a salvo.


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domingo, 20 de septiembre de 2009

El viaje del elefante - José Saramago


"..., Qué es un acto poético, preguntó el rey, No se sabe, mi señor, sólo nos damos cuenta de que existe cuando ha sucedido."


"El viaje del elefante" es uno de esos libros entrañables con los que el lector disfruta de principio a fin. Podía haberle leído de un tirón pero, ya en las primeras páginas, me cautivó tanto que decidí que le leería "de a poquitos" para que me durase más el buen sabor de boca.
Si alguien no le ha leído, le animo a que lo haga. Una historia perfecta para una tarde de otoño.